En la emisión anterior vimos que el transgredir el Octavo Mandamiento va más allá de solamente la acción de robar, como creyentes, nos enseña que el estándar de Dios es más alto, y tenemos que mentalizarnos a hacer lo opuesto, para demostrar nuestro amor al prójimo, al darle generosamente. También vimos que hay una maldición sobre la casa del ladrón. Ahora veremos otras formas de transgresión a este mandato, como cuando robamos directamente a Dios, y si no tenemos cuidado, podemos estar infringiendo más frecuentemente de lo que imaginamos.
Puede ver el artículo de esta emisión en el siguiente link:
https://lasagradapalabra.org/el-octavo-mandamiento-el-robo-parte-2#.YWYKIOBufIU
Que Dios los bendiga.